Fiscal General James Demanda al Operador de Zelle Por Facilitar Fraude
Usuarios Perdieron Más de Mil Millones de Dólares Mientras Que La Compania Early Warning Services Sabía Desde Hacía Años Que Su Plataforma Zelle Era Vulnerable a Los Estafadores
La Fiscal General James Insta a Neoyorquinos que Perdieron Dinero por Estafas de Zelle a Presentar una Denuncia Ante la Oficina de Fraudes al Consumidor
NUEVA YORK – La Fiscal General de Nueva York, Letitia James, demandó hoy a Early Warning Services, LLC (EWS), empresa propiedad de un grupo de los bancos más grandes de Estados Unidos y encargada del desarrollo y la operación de la plataforma de pagos electrónicos Zelle, por no haber protegido a sus usuarios de fraudes masivos durante años. Una investigación de la Oficina del Fiscal General (OAG) reveló que EWS diseñó Zelle sin características de seguridad críticas, lo que permitió a los estafadores atacar fácilmente a los usuarios y robar más de mil millones de dólares entre 2017 y 2023. EWS sabía, desde el principio, que varias características de la red Zelle la hacían especialmente susceptible al fraude; sin embargo, durante años no adoptó las medidas de seguridad básicas para abordar estas fallas flagrantes ni impuso normas antifraude significativas a sus bancos asociados. Fiscal General James presentó esta demanda después de que la Oficina Para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB en inglés) presentó una demanda similar en diciembre de 2024 y posteriormente abandonara el caso tras un cambio en la administración federal. Con esta demanda, Fiscal General James busca restitución y daños y perjuicios para los neoyorquinos afectados, así como una orden judicial que obligue a Zelle a mantener las medidas antifraude necesarias para proteger a sus usuarios.
“Nadie debería quedar abandonado a su suerte tras ser víctima de una estafa, y espero que se haga justicia para los neoyorquinos que sufrieron las fallas de seguridad de Zelle”, declaró la Fiscal General James.
EWS es una empresa de tecnología financiera propiedad de un grupo de los bancos más grandes del país, entre ellos JPMorgan Chase, Bank of America, Capital One y Wells Fargo. Estos bancos encargaron a EWS al lanzamiento apresurado de una plataforma de pagos electrónicos para competir con aplicaciones de pago como Venmo, PayPal y CashApp, que no estaban controladas por los bancos. En su afán por lanzar su plataforma, EWS priorizó atraer nuevos clientes a través de un proceso de registro fácil y simple y transferencias rápidas, dejando al mismo tiempo a los consumidores vulnerables a los estafadores.


A partir de 2017, año del lanzamiento de Zelle, cualquier persona con una cuenta bancaria en EE. UU. podía registrarse y enviar o recibir transferencias de dinero casi instantáneas a través de direcciones de correo electrónico vinculadas o números de teléfono móvil estadounidenses. Los estafadores podrían registrarse a través de un proceso de registro rápido que carecía de pasos de verificación importantes y utilizar direcciones de correo electrónico engañosas, como aquellas asociadas a empresas confiables o entidades gubernamentales. El énfasis de Zelle en las transferencias inmediatas e irreversibles significa que, para cuando los consumidores se dan cuenta de que han sido víctimas de estafadores, a menudo su dinero ya ha desaparecido.
Como resultado, Zelle se convirtió rápidamente en un centro de actividad fraudulenta. Las estafas más comunes consistían en estafadores que accedían a las cuentas de los usuarios y realizaban transferencias no autorizadas, y estafadores que convencían a los usuarios de enviar fondos con engaños, por ejemplo, ofreciendo bienes o servicios inexistentes o haciéndose pasar por una institución de confianza, como un banco o una oficina gubernamental.
En un ejemplo de una estafa común con Zelle, un usuario de Nueva York recibió una llamada de un individuo que se hizo pasar por un empleado de Con Edison, quien le avisó que estaba atrasado en el pago de sus facturas de energía y que le cortarían la luz ese día si no pagaba a Con Edison a través de Zelle. El estafador identificó "Coned Billing" como el nombre asociado a la cuenta. El consumidor transfirió $1,476.89 a una cuenta de Zelle llamada "Coned Billing", pero tras darse cuenta de que la llamada era una estafa, su banco, JPMorgan Chase, le dijo que "no podían devolverme ese dinero".
La investigación del OAG reveló que EWS y sus bancos asociados sabían desde hacía años que el fraude se propagaba en Zelle y no tomaron medidas significativas para detenerlo. Cuando los bancos participantes recibían quejas de usuarios de Zelle sobre fraude, EWS les permitía reportarlo mucho después de ocurrido, lo que facilitaba que los delincuentes estafaran a más consumidores. De hecho, cuando se lanzó Zelle, EWS no exigió a los bancos participantes que reportaron estafas como la estafa "Coned Billing", en la que los estafadores convencían a los usuarios de enviar fondos con falsas promesas. Incluso cuando EWS recibía denuncias de fraude, no eliminaba rápidamente a los estafadores de la red Zelle ni exigía a los bancos que reembolsaran a los consumidores por ciertas estafas. EWS desarrolló salvaguardias básicas para abordar estos problemas ya en 2019, pero no las adoptó. EWS no aplicó de forma significativa ni siquiera las limitadas e inadecuadas normas antifraude que tenía vigentes contra los bancos participantes, a pesar de conocer las violaciones generalizadas de dichas normas.
EWS comercializó Zelle agresivamente a los neoyorquinos, prometiéndoles seguridad. Sin embargo, las fallas de EWS permitieron que los estafadores proliferaran en la red de Zelle, lo que provocó pérdidas millonarias para los neoyorquinos.
La Fiscal General James alega que EWS violó la ley de Nueva York al crear una plataforma de pago altamente susceptible al fraude y al no hacer prácticamente nada para detenerla durante años, promoviendo falsamente como un servicio seguro. Con esta demanda, la Fiscal General James solicita restitución y daños y perjuicios para todos los neoyorquinos afectados, así como órdenes judiciales que obliguen a EWS a mantener las medidas antifraude necesarias y a tomar otras medidas para proteger a sus clientes.
La Fiscal General James es líder nacional en la protección de los consumidores. En junio, demandó a las compañías de préstamos de día de pago DailyPay y MoneyGram por explotar a los trabajadores con préstamos abusivos. En mayo, demandó a Capital One por engañar a sus clientes y estafarles millones de dólares en intereses. En enero de 2024, demandó a Citibank por no proteger a sus clientes del fraude. En abril de 2022, lideró una coalición multiestatal de fiscales generales para instar a los directores ejecutivos de JPMorgan Chase, Bank of America, U.S. Bank y Wells Fargo a eliminar todas las comisiones por sobregiro en las cuentas bancarias de los consumidores.
La Fiscal General James alienta a todos los consumidores que hayan perdido dinero a manos de estafadores a través de Zelle a que informen sus experiencias a la Oficina de Fraudes al Consumidor del OAG.
Este asunto está a cargo de los Fiscales Generales Adjuntos Chris Filburn y Christian Reigstad, de la Oficina de Protección contra el Fraude al Consumidor. Esta oficina está dirigida por la Jefa de la Oficina, Jane M. Azia, y la Subjefa de la Oficina, Laura J. Levine, y forma parte de la División de Justicia Económica, supervisada por el Fiscal General Adjunto Principal, Chris D'Angelo, y la Primera Fiscal General Adjunta Jennifer Levy.